3 de mayo de 2009

El Arte como una elevación del Espíritu.



El Arte es una manifestación tangible de las más altas aspiraciones de la Humanidad. Al final, el Arte vale, como casi todo, lo que uno esté dispuesto a pagar por ello... Aunque, su valor más importante no es el material o físico de la obra, no, es otro, éste ya mucho más trascendental. Gracias a las nuevas tecnologías, la visión del Arte ya no es ninguna salvedad... El reto mayor, sin embargo, es cómo transmitir a las nuevas generaciones el sentido de tan formidable legado sin desvirtuarlo. No es fácil. Las encuestas ponen de relieve una alarmante falta de conciencia histórica y artística entre los jóvenes y no tan jóvenes... No es sólo una cuestión de ignorancia, sino de indiferencia, que es algo mucho más grave.
 
El entusiasmo y enriquecimiento que provoca entrar en contacto con el Arte se debe a que es un símbolo palpable de que el hombre puede superarse a sí mismo siempre. Estar en un museo es compartir la presencia de genios, de obras que han sido creadas con una visión e inspiración superiores a las del resto. El hecho de que la gente elija ir al museo en vez de a otro lugar es por esa búsqueda de una experiencia que va más allá de lo ordinario. Te saca de la rutina diaria y te lleva a un reino más elevado. Esto no convierte a una persona en alguien mejor, pero sí eleva su espíritu temporalmente y, finalmente, la hace más interesante, más educada...

Guy Philippe Henri Lannes de Montebello. Historiador y autoridad en el Arte.

(Cuadro El juicio de Cambises, 1498, del pintor flamenco Gèrard David, 1460-1523, Brujas, Bélgica)

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