11 de agosto de 2009

Historia y Arte: el poder efímero.



Cuando el rey de España de entonces, Felipe IV (1605-1665), mandase construir en el año 1633 el Salón del Reino para el Palacio del Buen Retiro de Madrid, deseaba que ese recinto palaciego resaltara la grandeza del inmenso reino español. En todas las lunetas de la gran bóveda del Salón se situaron los veinticuatro escudos heráldicos de los diferentes reinos que configuraban el imperio hispano: Aragón, Castilla y León, Cataluña, Galicia, Córdoba, Granada, Jaén, Murcia, Navarra, Sevilla, Toledo, Valencia, Vizcaya, Portugal, Austria, Borgoña, Brabante, Cerdeña, Méjico, Flandes, Milán, Nápoles, Sicilia y Perú.
 
Además, se colgarían también de sus muros una serie de obras de Arte barroco, óleos encargados por su majestad que representaban las batallas victoriosas que tuvieron lugar en los diferentes y muy lejanos lugares del inmenso imperio. He aquí una muestra de aquel extraordinario Arte barroco hispano en algunos de aquellos magníficos lienzos expuestos por entonces en aquel palacio madrileño. De izquierda a derecha, y de arriba a abajo:

Óleo Recuperación de la Bahía de Brasil por don Fadrique de Toledo, pintado por Juan Bautista Maíno (1578-1649); Cuadro Socorro de Génova por el segundo Marqués de Santa Cruz, 1634, del pintor Antonio de Pereda (1608-1638); Oleo Rendición de Juliers a Ambrosio de Spínola, del pintor Jusepe Leonardo ( 1601-1652); Óleo La Recuperación de la isla de Puerto Rico por el gobernador don Juan de Haro, del pintor Eugenio Cajés (1575-1634); Lienzo Recuperación de la isla de San Cristóbal en las Antillas por don Fadrique de Toledo, por entonces en manos esta isla de aventureros ingleses y franceses, del pintor Félix Castello (1595-1651); Óleo Defensa de Cádiz frente a los ingleses llevada a cabo por el Marqués de Medina-Sidonia, del pintor Francisco de Zurbarán 1598-1664.

Al pasar de los años, excepto Cádiz, todo se perdería...  La gloria y grandeza de aquel inmenso imperio español se desdibujarían para siempre. Es la realidad de la historia, de toda historia, la cual se relativizaría ya, sin embargo, en otro extraordinario cuadro del Arte barroco español -abajo- de aquellos fecundos años artísticos de entonces, cuando el pintor barroco Antonio de Pereda compusiera, inspirado, su obra Vanitas (la vanidad se apagará ineludiblemente frente a la muerte y el fatal destino).

1 comentario:

Jackie Silva dijo...

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