28 de octubre de 2009

Una torre, una pasión, un arquitecto y un crimen.



Nunca aquella torre almohade, que los cristianos del rey castellano Fernando III admirasen en el año 1248, pudo imaginar entonces que fuese la inspiración de un arquitecto norteamericano siglos después. Stanford White (1853-1906) se formaría y desarrollaría en uno de los momentos más brillantes de la cultura norteamericana. Por entonces, el naciente imperio americano demandaba grandes edificaciones y construcciones a la altura de su grandeza nacional. Millonarios y arribistas plasmaban así, en desproporcionadas y originales construcciones, aquello que tanto querrían demostrar: poder y dinero. Para un centro comercial, cultural y de ocio de Nueva York se necesitaba por entonces -finales del siglo XIX- añadir un magnífico y desbordante edificio. Stanford White fue el arquitecto elegido para diseñar la modificación del Madison Square Garden. Pero imaginaría además que no quedaría nada mal una torre como la sevillana Giralda...

Porque, finalmente, el Arte, a veces, no es más que una forma de copia bienintencionada... La construyó en  el año 1890 y era la más alta torre por entonces de la ciudad de Nueva York, una edificación que se vería desde cualquier punto de la gran urbe norteamericana. Pero Stanford White, que fue un gran artista y gran arquitecto, no tuvo una vida personal igual de grandiosa que su obra... Galán impenitente, se acabaría enamorando en el año 1901 de una vulgar corista y actriz, Evelyn Nesbit (1884-1967), una hermosa, excitante pero muy perversa joven. Mantuvieron un romance extramarital. Sin embargo, nunca Stanford acabaría dejando a su mujer. Evelyn Nesbit, manejada por una severa madre viuda y desheredada, perseguiría de todas formas un matrimonio que la elevase social y económicamente. De ese modo, conoció al millonario y heredero Harry Kendall Thaw (1871-1947), un hombre desquiciado y mal criado, además de poco atractivo, pero de mucho interés conyugal... Se casaron en el año 1905, y pronto comenzaron las obsesivas y permanentes muestras de celos de Thaw. Éste no podía soportar saber la vida que habría tenido su mujer con Stanford...

Evelyn comenzaría a padecer entonces la violencia más despiadada de su marido. Pero cuando ella, en un momento de enajenación, desesperación y rabia, le dijo a su marido que volvió a ver a Stanford, Harry Thaw enloqueció desquiciado y celoso. Fue una mentira, una trágica mentira, ya que nunca se volvieron a ver los amantes después de la boda. El hecho es que, una noche de verano del año 1906, en el mismo edificio que Stanford White diseñara para su torre sevillana copiada, Harry Thaw le dispararía mortalmente. Fue juzgado y dado luego por enajenado mental, por lo cual sólo estuvo en un manicomio por muy poco tiempo. Acabaría separándose de Evelyn. Pero ésta no obtuvo luego nada de él, ni siquiera el millón de dólares que su suegra le prometiera por mentir. Le ofrecieron ese dinero por testificar en el juicio que sí tuvo una relación extramarital con Stanford. Al final de su vida, ella dejaría escrito en sus memorias: Stanford White fue el mejor hombre que nunca conocí...

(Imagen del cuadro del pintor James Carroll Beckwith (1852-1917), Retrato de Evelyn Nesbit, Colección Cooley Galery, USA; Imagen de Evelyn Nesbit; Fotografías del Madison Square Garden a principios del siglo XX, con la torre-giralda imitada, Nueva York, USA, edificación que fue destruida en los años veinte; Imágenes de Stanford White, Evelyn Nesbit y de Harry Thaw; Fotografía de la original Giralda, Sevilla, España.)

No hay comentarios: