10 de junio de 2010

Una carga de caballería histórica, unos héroes, un desastre... y un olvido.



Cuando en el año 1921 un ejército expedicionario español se adentrase, peligrosamente, en una posición enemiga difícil y arriesgada en el norte del Rif (Marruecos), unos diez mil militares españoles acabarían dando sus vidas en lo que se dio en llamar por entonces Desastre de Annual. Como consecuencia de este hecho lamentable toda una nación se vio arrollada luego a otro desastre histórico..., uno que empezaría allí mismo, en Annual, pero que concluiría en la cruenta guerra civil que se iniciaría sólo quince años después de aquel terrible suceso. Así de importante fueron aquellos hechos y las consecuencias políticas, militares y sociales de aquella terrible derrota sin precedentes en la historia de España. Al mando de ese ejército expedicionario español se encontraba el general de división Manuel Fernández Silvestre (1871-1921), cuya valentía y arrojo fueron superiores a su prudencia y cálculo. Como consecuencia de su decisión no pudo entonces más que dar la fatídica e inevitable orden de retirada. Por esa decisiva orden se llevaría a cabo, en una de las posiciones llamada Monte Arruit, una de las cargas de caballería más valerosas y heroicas que la historia de un regimiento militar haya tenido jamás.

El Regimiento de Caballería Cazadores de Alcántara número 14, al mando del teniente coronel Fernando Primo de Rivera (1879-1921), fue requerido desesperadamente por el general Felipe Navarro (1862-1936), segundo al mando de ese ejército expedicionario -ahora en retirada-, para realizar aquel fatídico día 23 de julio del año 1921 hasta ocho cargas de caballería en una de las posiciones más arriesgadas y heroicas de un regimiento militar. De un total de 691 hombres del Regimiento español sólo quedaron vivos 150 militares. De ellos fueron heridos o hechos prisioneros 83 y tan sólo 67 pudieron conseguir alcanzar la posición final. El jefe de este Regimiento de Caballería saldría ileso de todas las cargas, pero fallecería días más tarde a consecuencia de una bala de cañón enemigo. Por su heroísmo ante el enemigo fue condecorado póstumamente por el propio rey Alfonso XIII, encumbrado así a la más alta memoria del Regimiento, una unidad militar que, a su vez, obtuvo colectivamente la Cruz Laureada de San Fernando, la más alta condecoración española en tiempos de guerra.

El Comandante General de ese ejército expedicionario, el general de división Fernández Silvestre, también moriría en la posición desastrosa de Annual, pero cargaría, sin embargo, con la ignominiosa responsabilidad histórica maldita. El segundo jefe al mando de ese ejército español, el general Navarro, y el teniente coronel Pérez Ortiz fueron hechos prisioneros junto a otros oficiales por los enemigos rifeños durante casi dos años en unas condiciones deplorables. Serían liberados finalmente, gracias a un rescate económico que abonaría el gobierno de España a los enemigos bereberes. No les consideraron héroes por entonces, y hasta el propio general Navarro llegaría a pasar un Consejo de Guerra, aunque más tarde sería absuelto de toda responsabilidad. Pero como en todos los desastres malditos algunas figuras relevantes desaparecerán sin brillo, otras serán denostadas y las menos de ellas alcanzarán la gloria. Una gloria sin embargo que, para todos esos hombres heroicos, su propio país no supo valorar ni honrar entonces como otros países sí hicieran con los suyos. Sea este ahora un pequeño y merecido homenaje a todos aquellos héroes sacrificados.

(Imagen del cuadro Carga del Regimiento Alcántara, del pintor actual Augusto Ferrer-Dalmau (Barcelona, 1964); Fotografía de la oficialidad del Regimiento Alcántara nº 14, el cuarto por la izquierda es el teniente coronel Fernando Primo de Rivera, Marruecos, 1921; Fotografía del General Fernández Silvestre en primer plano, detrás de él, el general Navarro, Marruecos, 1921; Fotografía de los prisioneros rescatados, el segundo por la izquierda el general Navarro, el primero por la derecha el teniente coronel Pérez Ortiz, Marruecos, 1922; Fotografía de prensa de la época, cadáveres en Monte Arruit, 1921; Fotografía actual donde se aprecia parte de lo que hoy es Monte Arruit, Marruecos, Galería Alfaraz.)

Entonces el general la resuelve de plano diciendo en uno de sus altaneros arranques: «Yo asumo la responsabilidad de la operación y la de ordenar la evacuación de esas posiciones. De ello voy a dar cuenta al gobierno, y de todo respondo yo con mi persona y empleo, y acuérdense de esto el día de mañana.» Ante esta orden del mando, nada nos queda que añadir. Ya presiento el malísimo efecto que ella ha de causar a mis compañeros y subordinados, cuando nos advierte que debemos quedar juramentados para que nadie se entere de la retirada a Bentieb.

(Fragmento de la obra literaria escrita por el teniente coronel Pérez Ortiz, 18 meses de cautiverio, de Annual a Monte Arruit, crónica de un testigo.)

4 comentarios:

Liliana Lucki dijo...

Todo tema puede ser motivo de una obra artística.

Interesante y bello espacio.

Saluda una amante del arte,desde Argentina,Liliana.

MANOLO dijo...

AL REGIMIENTO ALCANTARA NO LE FUE CONCEDIDA LA LAUREADA COLECTIVA POR SU ACTUACION EN LA RETIRADA DE ANNUAL. ES UN ERROR MUY FRECUENTE EN INTERNET QUE SE DE COMO CONCEDIDA.

Anónimo dijo...

El Jefe del Regimiento Alcántara era el Coronel Manella, que además era el Jefe de distrito de Annual, donde murió heróicamente defendiendo la posición. El Teniente Coronel Primo de Rivera era el segundo Jefe. A él si le dieron la Laureada después de su muerte por gangrena en un brazo operado en malas condiciones que había sido herido por una bala de cañon en la defensa de Monte Arruit.
El Regimiento de Caballería Acorazado Alcántara 10 aun no ostenta la Laureada por el sacrificio exhaustivo de sus jinetes para proteger la retirada desordenada de las posiciones avanzadas.

Anónimo dijo...

La Laureada les ha sido concedida en el Consejo de ministros del 1 de junio, tras un expediente contradictorio que inició la Ministra Chacón.