20 de agosto de 2010

El deseo, la injusticia del destino, el desamor humano y sus leyendas.



El dramaturgo y novelista norteamericano Thornton Wilder (1897-1975) fue un profesor de la Universidad de Harvard apasionado por la literatura, la mística y la historia. En el año 1927 publicaría su novela El puente del rey San Luis, un relato donde ahora un trasfondo determinista o azaroso de la vida enmarca el núcleo principal de la narración: la desesperación de los humanos por encontrar el asidero del amor y tratar con él de sortear la ingrata y cruel vida desatenta. En la trama novelesca cinco personajes situados en el Perú virreinal del año 1770 deciden marchar de viaje el mismo día, y, en ese mismo día, a la misma vez, cruzar todos ellos el inevitable puente que salvaba la profunda garganta del Camino del Inca, un paso aterrador situado entre las ciudades virreinales de Lima y Cuzco. Pero, sin embargo, el puente colgante de tablillas cede justo en el mismo instante en el que los cinco personajes se encuentren cruzándolo. Todos perecerán. Luego un clérigo limeño, inquieto y algo ilustrado, investigará la vida de los finados con la intención de averiguar algo de ellos o de su vida que justifique tamaño destino indecoroso.

Descubrir, por ejemplo, alguna cosa que le permita dilucidar la posible maldición de sus vidas, entreviendo en ellas la terrible mano de Dios. Es decir, si la providencia tuvo o no tuvo que ver entonces en el trágico suceso que acabó con sus vidas. Pero resultaba que ninguno de los personajes habían sido seres malvados sino todo lo contrario, fueron personajes generosos, compasivos, cariñosos y bondadosos todos ellos. Al final la Inquisición y la Ilustración coincidirán en el hecho inequívoco de que tan sólo fue un accidente fortuito. El primero porque entiende que la divinidad no puede involucrarse en el argumento hereje de que se permita morir a inocentes; el segundo porque la ciencia no avalará nunca determinismos de ninguna clase, coincidentes o no. El fraile investigador acabaría reconociendo que el hecho fatídico tal vez pudo ser un designio y tal vez no... Pero, al parecer, lo que el autor desearía transmitir en su novela es que los seres humanos estamos despeñados por el desamor. Uno de los personajes malogrados, la marquesa de Montemayor, cuya hija está en España muy lejana y desinteresada de ella, no hacía sino escribirle muchas cartas sin recibir respuesta, en un gesto de claro deseo que evidenciaba la necesidad de que su hija la amase. El escritor norteamericano Wilder expresaría al final de la novela, a través de uno de sus personajes secundarios, el sentido más inequívoco y trascendente de la narración melodramática: Hay una tierra de los vivos y una tierra de los muertos y el puente entre ambos, el único vínculo que los une, la única cosa que subsiste, lo único que cuenta, lo único que sobrevive, lo único que tiene sentido, es el amor.

En el año 1929 la productora norteamericana MGM realizaría la película El puente de San Luis Rey, un film dirigido por el británico Charles Brabin y basado en la novela de Thornton Wilder. Fue protagonizado por la actriz canadiense de origen francés Lily Damita (1904-1994), que interpretaba a La Perricholi, una amante que tuviera el virrey del Perú de entonces, don Manuel Amat y Juniet (1704-1782). En el año 1935 Lily Damita contrajo matrimonio con el afamado actor de cine Errol Flynn (1909-1959), siendo esta unión de la pareja un total fracaso conyugal que solo duraría hasta el año 1942, justo un año después de haber tenido con él un hijo. Sean Flynn (1941-1971), el hijo de ambos, participaría también como actor en algunas películas sin mucho éxito, y dedicaría el resto de su vida al reporterismo fotográfico por todo el mundo. En un viaje muy arriesgado al Vietnam bélico del año 1970 desapareció sin dejar rastro alguno, no llegándose nunca jamás a saber, realmente, en dónde se encontraría ni él ni siquiera sus restos. Se dio oficialmente por muerto en el año 1984. Su madre, Lily Damita, dedicaría no obstante toda su fortuna y el resto de su vida a tratar de encontrarlo, sin haber llegado nunca a obtener hasta su muerte -producida en 1994- ningún éxito en su búsqueda.

(Imagen del cartel cinematográfico de El puente de San Luis Rey, de 1929; Fotografía del escritor y dramaturgo americano Thornton Wilder; Fotografía del matrimonio Flynn-Damita en 1935; Fotografía de estudio del actor Errol Flynn; Fotografía de Errol Flynn y su hijo Sean en 1956; Fotografía de Sean Flynn en Vietnam en 1971.)

1 comentario:

Vergónides de Coock dijo...

Interesante tu blog, estaré husmeando por aquí. Suerte.