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8 de octubre de 2009

Una orden, un estilo, unas ruinas y un misterio.



Cuenta una leyenda medieval que cuando el último gran maestre de la Orden del Temple fuera ejecutado en París, en marzo del año 1314, maldijo y sentenció a morir antes de que acabase ese mismo año a los dos responsables, según él, tanto de su fatal destino como de la abolición de la orden templaria, orden que había logrado existir, muy exitosamente, durante cerca de dos siglos. Efectivamente, antes de finalizar el año 1314 tanto el papa Clemente V como el rey francés Felipe IV murieron según había vaticinado en su cadalso el maestre Jacques de Molay. Los caballeros templarios, además de cruzados en Tierra Santa, fueron grandes constructores de castillos e iglesias por toda Europa. En España hay muchos vestigios de sus obras. En estilo arquitectónico románico, que se desarrollaría entre los siglos XI y XIII, se dieron cabida muchas representaciones simbólicas de todo tipo entre sus arcos y perfiles constructivos. Los templarios no fueron ajenos a estas libertades artísticas, tampoco los únicos.

Algunas poblaciones de España se originaron como enclaves templarios, donde se construían primero un castillo y después una iglesia. Es el caso de la población soriana de Castillejo de Robledo. La iglesia permanece aún en gran parte desde su construcción a comienzos del siglo XIII, pero no así el castillo, que hoy es una ruina desolada de aquella fortaleza que fuera entonces, construida incluso un siglo antes que la iglesia. Fue habitado a la extinción del Temple por la orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan. En el ábside de la iglesia que se muestra en estas imágenes se pueden observar unos canecillos, o figuras salientes, que representaban cabezas, animales o incluso escenas eróticas cargadas de una simbolismo místico... Un historiador del Arte, el español Juan Antonio Gaya Nuño (1913-1976), escribiría sobre esos canecillos de Castillejo de Robledo: Son la escena más erótica que haya esculpido el románico en España.

(Imagen del ábside y de los canecillos de la iglesia de la Asunción de Castillejo de Robledo, Soria, España; Imágen de las ruinas del Castillo templario de Castillejo de Robledo.)