El hipocausto fue un invento romano que permitía mantener una temperatura elevada en una habitación concreta. Desde un horno situado en el exterior se hacía circular aire caliente en el subsuelo de la estancia. En los baños romanos, tanto públicos como privados, se distribuían normalmente tres habitaciones, o zonas diferentes, a distinta temperatura. El usuario entraba por el frigidarium, o zona fría, compuesta por una piscina con agua fría que no se usaba hasta el final; pasaba a continuación a la habitación templada, o tepidarium, donde se adaptaba poco a poco el cuerpo al calor que, en la siguiente habitación, el caldarium, iba a soportar con un agua muy caliente. En el tepidarium se uncía además al cuerpo con aceites perfumados antes de pasar a la piscina caliente del caldarium. Luego se regresaba al tepidarium, donde se volvía a untar al cuerpo con aceite, y así pasar definitivamente al frigidarium, que permitía cerrar todos los poros a la vez que se obtenía la reacción física tan beneficiosa buscada por los romanos.
El pintor británico Lawrence Alma-Tadema (1836-1912), aunque nacido holandés, vivió en casi toda Europa, residiendo gran parte de su vida en Inglaterra, donde recibiría un título nobiliario. Su fascinación por la antigüedad de Grecia y Roma fue una muy característica tendencia estilística de toda su obra pictórica, en la cual aparecerán siempre escenas de costumbres cortesanas, históricas o legendarias grecorromanas. Sin embargo, su composición nunca decepcionará, así como, del mismo modo, también impactará siempre su color, su textura y sus personajes retratados, éstos casi siempre con una mirada un tanto huidiza, indolente o ensimismada.
(Imagen del cuadro En el Tepidarium de Alma-Tadema, Galería de Arte de Lady Lever, Inglaterra; Fotografía de un hipocausto en una ruina romana de Normandía, Francia; Cuadro Plegaria, de Alma-Tadema, Galería de Arte Guildhall, Inglaterra.)
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