11 de septiembre de 2010

Una transformación de cine: del baile español a los escenarios cinematográficos anglosajones.



Muchos bailarines españoles emigraron a los Estados Unidos a comienzos del siglo XX buscando la oportunidad de triunfar en un mundo despiadado. Fue el caso de la familia Cansino (Eduardo, José, Elisa y el padre de los tres hermanos, Ángel), originarios del pueblo de Castilleja de la Cuesta, situado a pocos kilómetros de la ciudad española de Sevilla. En el año 1916 Eduardo Cansino (1895-1968) conoce a Volga Haworth, una hermosa bailarina de origen irlandés que era miembro del elenco de jóvenes bellezas del Ziegfeld Follies de Nueva York. Ambos se casan en el año 1917 y forman por entonces el grupo de baile Eduardo-Volga-Elisa, conocido también como Studio Dancing, todo un negocio de danza, academia y producciones artísticas en California. En el año 1918 tienen una hija a la que llamaron Margarita Carmen, una joven belleza hispano-irlandesa que empezaría a bailar desde muy niña. Tiempo después, con diecisiete años, bailando Margarita en un local llamado El club caliente, sería descubierta por un ejecutivo de la productora norteamericana Fox.

Le proponen que participe en un pequeño papel de la producción El infierno de Dante del año 1935, protagonizada por el joven actor Spencer Tracy. De esa oportunidad cinematográfica acabaría pronto siendo promocionada al estrellato y enamorada luego de un empresario texano, Edward C. Judson, con el que acabaría casándose en el año 1937. Su marido americano la transformaría para siempre, pasaría entonces de ser una adolescente bailarina hispana a ser toda una intérprete y mujer-fatal anglosajona. Más adelante utiliza su arte de bailarina para actuar en una producción norteamericana con el gran Fred Astaire en el año 1942, Bailando nace el amor. En el año 1948 sería contratada para protagonizar Los amores de Carmen, un film basado en la famosa ópera francesa del mismo nombre. En esta película colabora también su padre, Eduardo Cansino, como asesor de la producción artística. En menos de cinco años Rita Hayworth (1918-1987) acabaría siendo totalmente transformada de una bailarina exótica y racial a una mítica actriz del todo exuberante y una imagen muy anglosajona. Toda la magia y el engaño del cine puesto verdaderamente en acción.

(Imagen de Rita Hayworth en un fotograma de Bailando nace el amor, 1942; Imagen de Margarita Carmen Cansino en 1935, donde todavía no se aprecia el efecto que la electrolisis causaría en el perfil de sus sienes con su cabello; Fotograma de la pareja Astaire-Hayworth; Cartel de la película Bailando nace el amor, 1942; Fotografía de Rita Hayworth; Fotografía de estudio del padre, Eduardo, y de su tía Elisa; Sello comercial del grupo artístico, Studio Dancing, de la familia Cansino, 1923.)

Vídeo de la película Los amores de Carmen, 1948.

No hay comentarios: