13 de julio de 2010

Una estancia con vistas, una logia vaticana y dos pintores unidos...



El pintor romántico Joseph Mallord William Turner (1775-1851) viajaría a Italia en el año 1819 para encontrar las fuentes clásicas de la pintura. Y así, al visitar Roma, no pudo menos que honrar la memoria del famoso pintor del Renacimiento Rafael Sanzio, llamado también el Divino (1483-1520). Se cumplían entonces exactamente trescientos años de la muerte del gran Rafael, y Turner pintaría, en un agradecido homenaje, este grandioso óleo sobre lienzo de más de tres metros de largo por algo más de uno de alto que vemos ahora aquí. La maravillosa composición pictórica, tomada desde uno de los pórticos abiertos (logias) del Vaticano, nos presenta la vista de la enorme plaza vaticana y su columnata barroca, pero, además, nos permitirá observar la ciudad de Roma al fondo bajo un limpísimo y brillante cielo azul. Es una extraordinaria obra de Arte que combina la tendencia paisajista habitual de Turner, así como el pequeño homenaje al que fuera gran creador clásico del Arte renacentista. Los colores de la luz en la obra, los mismos con los que el pintor inglés realzará los interiores de la logia, aquí ahora más sombrío, los contrastará sin embargo con la belleza de la plaza porticada, ésta más luminosa, configurando así un gran alarde compositivo lleno de luces y sombras muy creativo y romántico.

Completará el pintor romántico ese color de la luz del lienzo con la silueta de la ciudad eterna, ahora más alejada y más atenuada en el lienzo gracias a la luz poderosa de un cielo lleno de esplendor luminoso. Llenando todo de una suave brumosidad prodigiosa y brillante que irá más allá aún del color vibrante del gradual y bello cielo azul de Roma. En este homenaje al gran pintor Rafael, Turner dibujaría al pintor renacentista junto a su amante -la Fornarina- y su famoso cuadro la Virgen de la silla (1513), obra artística de Rafael donde aparece la amante como una virginal modelo trascendida. La vista está tomada desde un soportal de la segunda planta del Palacio Vaticano, también llamado logia (galería sostenida por arcos y columnas pero abierta al exterior) de León X. Fue este Papa (del año 1513 hasta el año 1521) quien dispuso en esa logia de sus estancias personales. En primer plano se aprecian además parte de los detalles de la magnífica logia vaticana, como su estuco decorado o las bóvedas maravillosas, como el pavimento de sus losas dibujadas, o como la perspectiva tan hermosa de los pasillos embellecidos con su decoración clásica.

El ángulo desde donde se tomaría la visión para la obra, magistralmente elegido por el autor romántico inglés, nos presenta ahora un enorme cielo azul pero también celeste y blanco, algo que contrasta ahí suavemente las colinas y la ciudad empequeñecida del fondo con la plaza y los motivos artísticos del gran Rafael, añadidos por Turner en este cuadro. Turner es el pintor del paisaje romántico por excelencia. De lo que este creador romántico llevaría al más alto grado artístico en la pintura universal. Pero aquí, en Roma, no puede evitar él ahora, aunque fuese sesgadamente, recordar al divino Rafael, a aquel pintor renacentista que llegaría a la deseada Florencia artística donde trabajaban, nada menos, que el gran Miguel Angel y el insigne Leonardo. Pero que supo destacar también con su elegancia, perfección, belleza y equilibrio, las extraordinarias composiciones clásicas de un Renacimiento subyugador. Rafael fue llamado a Roma por el Papa Julio II (pontífice desde el año 1503 al año 1513) para decorar y pintar algunos frescos del Vaticano, aunque acabaría luego también por retratar al pontífice y a su propio sucesor León X. William Turner y Rafael, dos pintores que fueron citados por dos admiradores suyos, críticos o aficionados de sus Artes. El crítico inglés John Ruskin (1819-1900) diría de Turner: es el artista que más conmovedora y acertadamente ha medido el temperamento de la Naturaleza. El cardenal, poeta y erudito Pietro Bembo (1470-1547) escribiría del gran Rafael a su muerte (inscrito en su sarcófago): Aquí yace el famoso Rafael, del cual la Naturaleza temió ser conquistada mientras vivió, pero cuando murió creyó que murieron juntos...

(Óleo Roma desde el Vaticano, 1820, de William Turner, Tate Gallery, Londres; Óleo La Virgen de la Silla, 1513, de Rafael Sanzio, Galería Palatina Palazzo Pitti, Florencia; Óleo La Fornarina, 1519, Rafael Sanzio, Museo de Arte Antigua, Roma.)

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